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lunes, 25 de noviembre de 2013

DESDE MI CALLE


                                                                                    
                                                                                      VALORES ETICOS
 
Observamos que de un tiempo a estar parte, los valores que siempre en nuestros pueblos, ciudades, paises, continentes han sido la base de la convivencia y el desarrollo entre los humanos, valores como la solidariedad, la voluntad de compartir y ayudar en lo posible a los problemas de tu vecino, amigo, o de alguien necesitado de esa ayuda, del tesón para conseguir un mundo mejor para nuestros hijos, un mundo basado en la educacion, el conocimiento y el progreso, un mundo en que la sinceridad sea la norma que debe regir en el trato cotidiano con la gente, ese mundo... quizás algo utópico... vemos que es sustituido por otro en que los valores fundamentales son la avaricia, la envidia, el ocio, la soberbia.

En esta época de crisis económica y desempleo masivo, el encuentro frecuente con gente necesitada de una ayuda, de menesterosos mendigando para dar de comer a su familia, es casi habitual. Esos que gobiernan y que deberian sensibilizarse ante estas desgracias, ponen por delante su avaricia, su soberbia; les tratan como a apestados, les despojan de toda dignidad, mientras ellos en su ociosidad y altaneria, abandonan su deber que, como gobernantes, deberian priorizar, que es el trabajar por conseguir una vida digna a sus gobernados, darles un trabajo que no sólo les ayude a sustentar a su familia, sino para que recuperen su autoestima y puedan sentirse nuevamente utiles. No piensan que, no por echar agua oxigenada y Betadine en una herida ésta se cura de golpe. Las cicatrices exigen paciencia y cuidados.

Los Estados deben comprender que los impuestos, que pagamos, de no muy buena gana, y por supuesto de manera impersonal e insensible, deberían servir para cumplimentar todos los servicios sociales, y de ese modo esos impuestos los pagariamos de buena gana, y por supuesto de una manera personal y totalmente sensible, pues se percibiría que llegan a todas las capas sociales, y su objetivo, el de conseguir para todos los ciudadanos una vida digna, se vería cumplido.

En ningun momento debemos olvidarnos de esos valores eticos, sustento de nuestra civilizacion.

DESDE MI CALLE, que es la calle de todos.
 

3 comentarios:

  1. Querido Miguel Ángel, cuanta verdad dices en tu escrito. A parte que pienso en que no tenemos democracia, no existe en este Ejecutivo ninguna sensibilidad ¿para qué se presentaron a diputados? Me temo que entre otras cosas para robarnos y a punto están de conseguir quitarnos lo que yo creo más preciado en un ser humano: la dignidad.
    Un abrazo.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Amigo Miguel Ángel. Estamos más que hartos de ver lo que hacen los gobernantes. Tienen una carencia de sensibilidad absoluta con la gente más desfavorecida. Nos tratan de cualquier manera, eso sí, ¡¡¡ hay que ver lo simpáticos, humanos, buenos, respetuosos y cariñosos que son con todo el mundo, cuando te piden el voto!!!.
    Un abrazo.

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