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lunes, 2 de diciembre de 2013

DESDE MI CALLE

 !CERRANDO BARES!

Como dicen las estrofas de esta canción de Café Quijano:

"Eras el típico muchacho formal/el hijo perfecto al que gusta estudiar/y no solo eso, encima tenías/a todas las niñas con su tontería/detrás de tus huesos pidiendote besos".
"Y siendo tan listo quien te ve y quien te ha visto/sin arte ni oficio matándote a vicios".
"Cerrando bares qué más te da/pagando amores no dás para más/y ahora tienes los huesos con alcohol y sin besos/para pocos excesos".

Como el muchacho formal de la canción, hijo perfecto de unos padres ricos, sabía que los estudios no le causarían problemas, y que  si había algo que se le atragantase, allí estaban esos padres con su influencia, que a base de usar ésta, conseguían que pasase curso a curso, y si tenía alguna dificultad en llegar a la nota media, recurriría a la clase de religión y de este modo podría alcanzar esa nota media que se le atragantaba. Para él, no era dificultad la masificación en las aulas, como en la enseñanza pública. En su escuela, instituto, universidad, privadas naturalmente, no existía ése problema. Tampoco era el recorte en las becas Erasmus. No las necesitaba. Sus ricos padres se encargaban de solucionarlo. Los Erasmus, eran para los hijos de los "no pudientes".

Como el muchacho formal de la canción, hijo perfecto de unos padres ricos, tampoco le obsesionaba el porvenir. Sabía que ellos, sus padres, se encargarían de que no conociese esa larga cola que todos los días veía en la Oficina de Empleo (mejor dicho del Paro) que se encontraba en su calle. Miraba disciplente, falto de interés, a esas personas, jóvenes y no tan jóvenes, que concurrían a esa Oficina. Las veía al entrar conversando entre ellos, y las veía al salir, con una mirada fija, desilusionada, cabizbajas, solitarias, sin ganas de hablar. El, pensaba, nunca llegaría a sentir éso.

Como el muchacho formal de la canción, hijo perfecto de unos padres ricos, no conocía los problemas que era ir al consultorio médico de la esquina, o al hospital público que le correspondía por el lugar de su domicilio. Sabía que si se le presentaba algún problema de salud, o que requiriese de atención médica, sus ricos padres le llevarían a una clínica privada donde inmediatamente, siendo hijo de quienes era, le atenderían con todo tipo de atenciones. Sabía que no tendría que estar en esas listas de espera de meses, tan normales en la sanida pública. Esa lista que, llegado el día de la cita, igual su enfermedad ya no tendría cura. Tampoco tendría que molestarse por el precio de los medicamentos, ni de los co-pagos o re-pagos con que habían sido "castigados" los mismos. Sus ricos padres se encargarían de ellos.

Como el muchacho formal de la canción, hijo perfecto de unos padres ricos, oía y no entendía las manifestaciones a causa de los deshaucios, pues no sabía el significado de esa palabra: DESHAUCIO. No entendía cómo alguien que había comprado una casa o vivía alquilado en un piso, no abonaba al banco, al dueño que le había alquilado, al prestamista, la cantidad que le correspondía pagar, según lo contratado. Sus ricos padres, no vivían alquilados, ni debían dinero por su vivienda, pues la habían construído, decorado, amueblado, con su patrimonio personal.

Pero para ese muchacho formal, hijo perfecto de unos padres ricos, el paso de los años, la ociosidad, el no tener un horizonte que le exigiese un esfuerzo para coseguir una posición y unos objetivos en su vida, a pesar de ser "muy pudiente", quien te ve y quien te ha visto, a pesar de ser tan listo y sin arte ni oficio, hizo que se consumiese matándose a vicios. Cerrando bares, qué más te da, pagando amores, no das para más. Y ahora tienes los huesos con alcohol y sin besos, para pocos excesos.

Ese muchacho formal, hijo perfecto de unos padres ricos, no supo que esta vida, aunque corta, da muchas vueltas, suceden muchas cosas. Que el tener un horizonte de esperanza, nos da las fuerzas para sobrevivirla. Y que "Cerrando Bares" no es la forma más adecuada, de conseguir hacer realidad la esperanza en un futuro feliz.

DESDE MI CALLE, que es la calle de todos.