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miércoles, 4 de octubre de 2017

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PASTORAL: SANTO DEL DIA

Atilano (santo)


Algunos detalles se saben de la vida de este santo durante su cargo como obispo de la diócesis de Zamora. Los detalles de su vida se conocen a comienzos del siglo XVIII gracias a un descubrimiento que realiza un canónigo en la Biblioteca Real de Madrid, encontrando casualmente un manuscrito redactado por Fray Athanasio de Lobera titulado: Grandezas de la ciudad e iglesia de León y vidas del glorioso san Froilán y san Atilano.​ Probablemente era descendiente de familia noble, comienza su vida religiosa muy pronto en un monasterio benedictino cercano a Tarazona, su localidad natal, para más tarde pasar al monasterio de Sahagún.​ Tras ser ordenado sacerdote y en unión de San Froilán, monje nacido en Lugo, comienza una vida de anacoreta en los montes leoneses.
Su fama de santidad no tardó en crecer por toda la región y muchos fueron a oírlos predicar. Su popularidad llegó al punto que les fue imposible seguir con su vida retirada y tuvieron que fundar un monasterio en Veseo, que llegó a contar con trescientos miembros. La fama de los dos santos llegó a oídos del rey de Asturias Alfonso III el Magno que colmó de honores a San Froilán, a quien dio licencia para construir monasterios en su reino.
Fundaron el Monasterio de Moreruela en Tábara,​ en tierras recién reconquistadas a los musulmanes y colonizada por los cristianos, alrededor del cual se organizaron varios cenobios. Para completar la línea defensiva del reino cristiano con el musulmán el rey funda el Monasterio de Santa María de Moreruela, donde San Froilán sería abad y San Atilano prior.
Por su gran labor evangelizadora por las nuevas tierras y por la veneración que tanto el prior como el abad reciben por parte del pueblo, el rey decide elevar sus dignidades a las de obispo. San Froilán será obispo de León y San Atilano obispo de Zamora. El historiador del siglo XIII: Juan Gil de Zamora, siendo testigo presencial, narra en su libro Liber illustrium personarum como al realizar unas obras en la Iglesia de San Pedro el 26 de mayo de 1260 se hallaron los restos de San Ildefonso de Toledo y de Atilano.​ De las menciones, y devoción, quedan referencias escritas en los misales y breviarios escritos en el siglo XIV y XV.
Por su gran labor evangelizadora por las nuevas tierras y por la veneración que tanto el prior como el abad reciben por parte del pueblo, el rey decide elevar sus dignidades a las de obispo. San Froilán será obispo de León y San Atilano obispo de Zamora. El historiador del siglo XIII: Juan Gil de Zamora, siendo testigo presencial, narra en su libro Liber illustrium personarum como al realizar unas obras en la Iglesia de San Pedro el 26 de mayo de 1260 se hallaron los restos de San Ildefonso de Toledo y de Atilano.​ De las menciones, y devoción, quedan referencias escritas en los misales y breviarios escritos en el siglo XIV y XV.
De los años de obispado de San Atilano sólo quedan leyendas, sin que se pueda saber cuál fue su labor concreta, a parte de la fundación de cenobios. No queda escrito alguno de él.​ Sus restos se conservan en la ciudad de Zamora, en la iglesia de San Pedro y San Ildefonso, donde son custodiados por la Real Cofradía de Caballeros Cubicularios de Zamora.

PASTORAL: SANTO DEL DIA



SANTOS ZACARIAS E ISABEL


La fama de estos dos santos se debe a que fueron los papás de San Juan Bautista.
El nombre de Zacarías, significa: "Dios se acordó de mí".
Isabel quiere decir: "Consagrada a Dios".La bella historia de estos dos santos esposos la cuenta San Lucas en el primer capítulo de su evangelio.
"Hubo en tiempos del rey Herodes un sacerdote llamado Zacarías, casado con Isabel, una mujer descendiente del hermano de Moisés, el sumo sacerdote Aarón".
De estos dos esposos hace el evangelio un elogio formidable. Dice así: "Los dos llevaban una vida santa, eran justos ante Dios, y observaban con exactitud todos los mandamientos y preceptos del Señor". Ojalá de cada uno de nuestros hogares se pudiera decir algo semejante. Sería maravilloso.
Dice San Lucas: "Zacarías e Isabel no tenían hijos, porque ella era estéril. Además ya los dos eran de avanzada edad".
Y un día, cuando a Zacarías le correspondió el turno de subir al altar (detrás del velo) a ofrecer incienso, toda la multitud estaba afuera rezando.
se le apareció el Ángel del Señor, y Zacarías al verlo se llenó de temor y un gran terror se apoderó de él. El ángel le dijo: "No tema Zacarías, porque su petición ha sido escuchada. Isabel su mujer, dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Juan. Él será para ustedes gozo y alegría, y muchos se alegrarán por su nacimiento, porque será grande ante el Señor; no beberá licores; estará lleno del Espíritu Santo, y convertirá a muchos hacia Dios, y tendrá el espíritu del profeta Elías, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto".
Zacarías le dijo al ángel: "¿Cómo puedo saber que esto que me dice sí es cierto? Porque yo soy muy viejo e Isabel mi esposa es estéril". El ángel le dijo: "Yo soy Gabriel, uno de los que están en la presencia del Dios, y he sido enviado para comunicarle esta buena noticia. Pero por no haber creído a las palabras que le he dicho, se quedará mudo y no podrá hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, que se cumplirán todas a su tiempo".
El pueblo estaba esperando a que saliera Zacarías y se extrañaban de que demorara tanto en aparecer. Cuando apareció no podía hablarles, y se dieron cuenta de que había tenido alguna visión. Él les hablaba por señas y estaba mudo.
"Después Isabel concibió un hijo y estuvo oculta durante cinco meses (sin contar a los vecinos que iba a tener un niño)". Y decía: "Dios ha querido quitarme mi humillación y se ha acordado de mí".
El ángel Gabriel contó a María Santísima en el día de la anunciación, que Isabel iba a tener un hijo. Ella se fue corriendo a casa de Isabel y allí estuvo tres meses acompañándola y ayudándole en todo, hasta que nació el niño Juan, cuyo nacimiento fue un verdadero acontecimiento (como se narra en el 24 de junio).